sábado, 12 de diciembre de 2015

¿QUE ES LA MISERICORDIA?

El Papa ha declarado al 2016: "El año de la Misericordia", la idea es que cada uno de nosotros aprenda ¿Qué es la Misericordia?, lo aplique a su vida porque de nada vale que Dios sea Misericordioso y nosotros lo desperdiciemos con nuestras malas actitudes.

Según la biblia Dios es amor (1 Juan 4, 18) ese amor se manifestó en la creación porque nos crea por amor y con amor. Por amor porque Dios no nos necesitaba, sino porque quiere tener imágenes de su Hijo, en Efesios 1, 5 nos dice: “eligiéndolos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad”.
Génesis 1, 26 – 28:Y dijo Dios: “Ahora hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra....
Cuando Dios crea al hombre, los creó a imagen suya, hombre y mujer los creó.
Y les dio su bendición”.  
Está actuando el amor de Dios, está creando, dando existencia a quien no la tiene y antes de crearlo, lo hace a su imagen y semejanza, le prepara un lugar donde vivir a este lugar bonito Dios le pone como nombre “Paraíso”. Les da su bendición y les dijo:“ (Génesis 1, 28). Tengan muchos hijos, la bendición en Dios no es solo un deseo sino es una realidad porque Dios derrama algo bueno, pero también les dijo que sean fecundo, pero antes les dio la sexualidad, sentimientos y emociones, el enamoramiento para que formen pareja, tengan un hogar y luego funden una familia, etc . 

La tragedia entra por medio del pecado, la retribución ingrata del hombre a tanto amor de Dios. Así como nuestros primeros padres le fallaron a Dios; así también hoy en día seguimos pecando contra Dios; por eso en la Santa Misa esta puesto en la liturgia cuando rezamos el momento penitencial “Yo confieso que he pecado mucho …, por mi culpa…”.
Comienza la historia del pecado cuando el hombre desobedece a Dios y hace lo que le prohíbe, entonces empieza la desgracia del hombre porque se aparta de su Creador; Dios condena a Adán y Eva porque tenían culpa, pues les había dado inteligencia para poder comprender, voluntad para tener la libertad de poder elegir.  Y es cuando surge la Misericordia de Dios, porque no rechaza al hombre sino se compadece de su miseria. Antes del pecado no hay Misericordia, después que el Hombre peca Dios lo sigue amando a pesar de ser indignos de su amor. 
La Misericordia se da inicio cuando empieza el dialogo de Dios con Adán y Eva como lo podemos ver en Génesis 15, 9: Yahveh:” Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»”. La Misericordia de Dios empieza actuar; él sabe que pecaron, pero espera que reconozcan su desobediencia, pero no lo hicieron sino que buscaron culpables, justificando su proceder. Al ver esta actitud Dios establece la consecuencia del pecado.
Dios no es castigador, pero tampoco es permisible, el establece una Ley y si no se cumple, surgen las consecuencias. Dios los saca del Paraíso y las bendiciones paradisíacas las pierden; ahora el hombre tiene que cargar con las consecuencias de su desobediencia en su vida y de perder la vida eterna.
Ante la caída de Adán y Eva, Dios no abandona al hombre, una prueba es cuando Caín atenta contra su hermano Abel, Dios le reclama diciendo “¿dónde está tu hermano?” .
La historia de la Salvación empieza en Génesis 12 y la acción de la Misericordia de Dios empieza hacerse concreto y Dios realiza un proceso lo podemos ver en el texto bíblico  llamado “Proto – Evangelio”: Génesis 3, 15: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar”. Dios anuncia enviar a un Salvador, nacido de mujer y se refería a su Hijo Amado Jesucristo que nacería de María Virgen; pero para realizarlo prepara la salvación formando un pueblo para revelarse y mostrar a esta humanidad pérdida y extraviada toda la verdad que hay en él, pero además el Mesías tendría que nacer de una mujer, la cual tendría que pertenecer a un pueblo que adora a Dios que conozca todo el plan de Salvación Misericordioso y todo comienza con Abrahám, 18 siglos después de la caída del hombre, en esta historia de Salvación, se puede ver toda una enseñanza de la Misericordia de Dios; es decir va mostrando en hechos su Misericordia y el hombre va aprendiendo que Dios es amor que ama la miseria y por eso es un amor Misericordioso que da señales de este amor.
Había una ciudad llamada Sodoma y Gomorra que Dios sentenció a la destrucción a estas ciudades por la perversión de sus habitantes. Dios va enseñando su Misericordia al hombre como lo vemos en Génesis 18, 16 – 32; hay un dialogo entre Dios y un hombre que va aprendiendo lo que es la Misericordia. Hay en regateo de misericordia para que Dios nos destruya a estas ciudades pidiéndole que no lo haga si encuentra hasta diez justos, Abraham no se atreve a bajar de diez justos Más atrevidos serán, años después, Jeremías (5,1) y Ezequiel (22,30), proclamando que Dios perdonaría a Jerusalén aun cuando no hallara en ella más que un justo. Y, luego, Isaías (53) anunciará que el sufrimiento del único Siervo salvará a todo el pueblo, cargando él con el pecado de todos. En la descendencia de Abraham, en Jesús, se cumplirá la profecía. Pero Abraham se detuvo en diez, comprendiendo que ni los yernos de su sobrino estaban libres de la maldad de la ciudad.

El Señor, viendo triste y cabizbajo a Abraham, le confesó su misma tristeza:
-Mira, Abraham, la situación de Sodoma y Gomorra y de las otras ciudades vecinas, por desgracia ha llegado al límite y no hay remedio para ellas. Estaría dispuesto a perdonar sus pecados, si los reconocieran como pecados, pero no me es posible admitir un sistema de vida tan inmoral como el establecido en sus leyes, que llama bien al mal y mal al bien.
Dios es Misericordioso, perdona nuestra gran maldad por pequeñas muestras de amor y arrepentimiento; si esto no fuera real, no tendríamos derechos de estar en el Camino de Señor porque somos pecadores, pecamos mucho.
Tenemos un Dios Misericordioso que conoce nuestros pecados, pero no nos condena; más bien nos da la oportunidad de salir, levantarnos, de caminar. ¿Y si volvemos a caer ?, El Señor otra vez nos dice: “Levántate”. Dios es infinitamente más bueno y misericordioso que nosotros. Si Dios nos dice que debemos perdonar siempre, significa que él siempre lo va hacer dándonos la oportunidad constante de hacerlo mientras tengamos vida, hasta el último instante. En el dialogo entre Dios y Abraham se ve la Misericordia de Dios.
Unas de las personas que mostro Misericordia en estos tiempos actuales fue La Madre Teresa de Calcuta, para mostrar la Misericordia de Dios uno tiene que aprender, llenarse el corazón del amor misericordioso, entonces recién lo puede compartir y esta madrecita se dedicó a atender con la mayor bondad posible a las personas más abandonadas, las miserables y no les ponía como condición nada. 
Madre Teresa de Calcuta no buscaba que se conviertan, sino que simplemente les daba la misericordia de Dios y eso también lo vemos en Éxodo 3, 7 – 8; donde Dios busca a Moisés y le dice: “Moisés, claramente he visto como sufre mi pueblo que está en Egipto, he oído sus quejas, sé muy bien lo que sufren. Por eso he bajado para salvarlos del poder de los egipcios y llevarlo a una tierra grande y buena donde la leche corre y la miel también”. Aquí se ve la Misericordia de Dios, se preocupa por el pecador. Dios escucha nuestros sufrimientos a pesar que estas en pecado, él siempre busca la salvación de las personas. Lo único que Dios no hace es  violentar nuestra voluntad; él ve modos, caminos para ver si te das cuentas, reflexiones y te conviertas. Pero muchas veces toda la acción de Dios no la sabemos aprovechar. Dios nos ha dado Inteligencia para darnos cuentas y voluntad para decidir. Dios escucha nuestro clamor, pero no resuelve nuestros problemas, más bien nos da toda la sabiduría posible sin violentar nuestra voluntad, para poder encaminarnos hacia el buen camino.
En Josué 6, Dios combate nuestras guerras, nos cuenta como Dios también lucha las guerras de su pueblo Israel, la cual tenía que tomar  posición de la tierra de Cana, pero alrededor había pueblos pequeños que debían ser sometidos para lograrlo, uno de ellos fue Jericó, Dios guía a su pueblo hacia la victoria, sin pelear; esta es la Misericordia de Dios que pelea nuestras batallas, ayer como hoy lo sigue haciendo guiando nuestras guerras personales como puede ser del trabajo, estudio, de familia, injusticias  etc. ; peleando nuestras batallas. Dios no resuelve nuestros problemas; lo que hace es ayudarnos, pero nosotros tenemos que dar los pasos, poniendo nuestros esfuerzos, ingenio hasta ir venciendo. 

En la Misericordia de Dios, también escucha nuestra plegaria y derrama milagros, lo podemos ver a Ana haciendo una súplica a Dios.
«¡Oh Yahveh Sebaot! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y acordarte de mí, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo varón, yo lo entregaré a Yahveh por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza.»
Por la Misericordia que Dios nos tiene escucha nuestras suplicas, aflicciones, nos las concede si es un bien para nosotros y sino no lo hace. Si hubiera un mal que nos estuviera pasando, Dios lo permite, por que de ello sacara un bien mayor.
Ezequiel 18, 21 - 23:En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, no morirá.
Ninguno de los crímenes que cometió se le recordará más; vivirá a causa de la justicia que ha practicado.
¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado - oráculo del Señor Yahveh - y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?”
Dios es amor, pero la Misericordia es un paso más allá del amor, Misericordia es amar la miseria, y la miseria somos cada uno de nosotros, porque necesitamos cambiar, santificarnos, purificarnos, liberarnos; porque cuanto tomamos conciencia que necesitamos de la Misericordia de Dios, entonces seremos bendecidos por la Misericordia de Dios que nos está brindando. Arrepintámonos hermanos del mal que hemos hecho para alcanzar de Dios su Misericordia.
Otros textos a meditar sobre la Misericordia de Dios son: 2 Samuel 12, 1; salmo 103,  8 -14

jueves, 3 de diciembre de 2015

LA FORMULA DIVINA DE LA SALVACIÓN


El donante de sangre
Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital, conocí a una niña que sufría una extraña enfermedad. La única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quién había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.
El medico explicó la situación al hermano de la pequeña, y le preguntó si estaría dispuesto a dar sangre a su hermana. Lo vi dudar por un momento antes de hacer un gran suspiro y decir:
- Sí, lo haré, si esto la salva
Mientras la transfusión continuaba, él estaba estirado en una cama junto a la de su hermana, y sonreía mientras nosotros los asistíamos y veía devolver el color a las mejillas de la niña. En un determinado momento la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. Miró el doctor y le preguntó con voz temblorosa:
- ¿A qué hora empezaré a morirme?
Siendo sólo un niño, no había comprendido la explicación del doctor: Él pensaba que le daría TODA su sangre a su hermana, y entonces moriría.
En la Formula de la Salvación Divina era necesario darlo todo y morir en la Cruz como lo hizo Cristo. Por eso los católicos tenemos una veneración de la Cruz porque ahí esta expresado en forma gráfica la “Formula Divina de la Salvación “
El texto bíblico de Juan 3, 16 es también llamado en Mini-Evangelio porque en este versículo San Juan Evangelista ha logrado aglutinar la esencia del Evangelio.
Juan 3, 16 - 17
Juan 3, 16 - 17:“Tanto Amo Dios al mundo, que le dio a su Hijo Único, para que todo el que crea en el no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenarlo, sino para salvarlo”.
Dios es amor y tanto ha dado amor Dios hacia el mundo es decir a la humanidad. La Formula Divina de la Salvación es que Dios toma la decisión es de entregar a su hijo de darlo en sacrificio muriendo crucificado; pero esta fórmula ya estuvo de alguna manera anunciado en el “Proto-Evangelio”, es decir en Génesis 3, 15 Dios dice: “Enemistad pondré entre tu y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia, su descendencia te pisará la cabeza pero tú le morderás el talón” 
Cristo Jesús, Señor y Salvador es quien destruye a Satanás, es el único que lo puede destruir; entonces la profecía que anunciaba  que de la descendencia “de la mujer “pisaría su cabeza se cumpliría con Cristo Jesús.
Pero también se usa la metáfora “pero tú le morderás el talón” esto significa que satanás librería gran batalla con Cristo y esto se puede ver en las diversas tentaciones por la cual paso nuestro Señor Jesús: cuando quiso matar al Mesías cuando recién había nacido con la matanza de los inocentes por medio de Herodes; las tres tentaciones en el desierto, en el huerto de Getsemaní y finalmente en la Cruz.
El hombre muchas veces es débil y deja de ser fiel a Dios como sucedió con el pueblo de Israel en Jueves Santo pedían su crucifixión y cuatro días antes en domingo de ramos decían: “¡Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor!”. Satanás quiere gobernar el corazón del hombre y conducirlo por el camino del mal y también quiso hacerlo con Jesús pero no pudo y fue derrotado. La lección que nos na nuestro Señor Jesús es que vence al enemigo, no matando sino más bien dando la vida: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu” y en el momento que entrega la vida y muere Jesucristo se cumple la Profecía anunciada en Génesis 3, 15 y la sangre de nuestro Señor Jesús paga todos los pecados del mundo.
«Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto» (Juan 14, 24). Ese grano de trigo es Él y el fruto somos nosotros, sigamos siendo buen fruto, luchemos y perseveremos mediante los recursos que nos brinda como es la santa confesión, la Palabra de Dios, la oración, la intercesión de nuestra Madre la Virgen María, el Espíritu Santo que nos guía, la Iglesia que nos pastorea para que aunque satanás quiera destruirnos, sin embargo nosotros nos podamos volver a levantar.
La Fórmula Divina de la Salvación está en que tanto ama Dios que entrego a su Hijo Único en sacrificio de muerte en cruz para que todos nosotros podamos ser salvados porque la sangre de Cristo ha pagado nuestros pecados. Dios nos permita entender cada día más este mensaje.
Juan 14, 24
«Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto» (Juan 14, 24).
No hay alegría de Jesús sin dolor amado. No hay resurrección sin muerte.
Faltan pocos días para su muerte. Será dolorosa, humillante; pero tendrá un sentido: la resurrección.

Había venido a reunir a los hijos dispersos de Dios a romper toda barrera que separa a pueblos y personas, a hermanar a hombres divididos entre sí, a traer la paz y construir la unidad. Pero es necesario pagar un precio: para atraer a todos a sí tendrá que ser elevado de la tierra, en la cruz.
En el tiempo de Pascua se nos muestra en lo alto de la cruz, su martirio y su gloria, en el signo del amor extremo. Allí ha dado todo: el perdón a los verdugos, el Paraíso al ladrón, a nosotros la madre y su cuerpo y su sangre, su vida, hasta gritar: “«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
La Fórmula Divina de la Salvación está en que tanto ama Dios que entrego a su Hijo Único en sacrificio de muerte en cruz para que todos nosotros podamos ser salvados porque la sangre de Cristo ha pagado nuestros pecados. Dios nos permita entender cada día más este mensaje.
Dios cuando vio a la humanidad caída, prometió enviar a su Hijo a salvarnos, entregando su vida en la Cruz pagando nuestros pecados, derramando su sangre para librarnos del castigo eterno, sacrifico lo más hermoso que tenía para salvarnos; pidiéndonos una fe viva, arrepiento de nuestros pecados, convertirnos; con su ayuda lo lograremos abrir los ojos y darnos cuenta que necesitamos de la salvación; que mientras estamos con vida podemos salvarnos, aferrándonos a Cristo; por eso debemos pedir que el Padre Dios toque nuestra mente y corazón para darnos cuenta de esta necesidad y tomar decisiones para no ser indiferentes o insensibles de no querer reconocer la importancia de ser salvados. Por eso debemos pedirle a Dios que derrame sobre nosotros su gracia redentora: por el mundo pecador para que lo perdone y envié a más mensajeros que les hablen sobre el llamado de la Salvación 

jueves, 19 de noviembre de 2015

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

Pecar es HACER EL MAL, desobedecer a Dios y ofenderle. El pecado nos aleja de Dios surgiendo terribles consecuencias que trae para el hombre y la humanidad, perdiendo la armonía con su Creador, afectando a su entorno y conduciéndolo a su destrucción eterna.

  • Señor, ¿de dónde surge el odio, la amargura y la incomprensión en el mundo?.

“¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte”. (Génesis 4, 6 – 7). El odio, la amargura y la incomprensión en el mundo surge desde nosotros mismos al dejarnos dominar por el pecado por eso Dios nos aconseja que debemos rechazarlo. Si verdaderamente Dios está en nuestro corazón debe reflejarse en nuestro modo de ser, estando alegres, porque Dios nos conduce llevándonos a una plenitud de vida; siendo obedientes y venciendo todo obstáculo, toda tentación, así seremos felices.
La boca habla de lo que está lleno nuestro corazón nos dice Jesús (Marcos 7, 20 – 23). Si Dios está presente en nuestra vida debemos dar testimonio con nuestras actitudes y modo de hablar. Teniendo el Santo temor de no ofenderle con nuestras acciones hacia nuestros hermanos, meditemos con profundidad lo que Dios nos dice en el Salmo 36, 1 – 4  para esforzarnos en hacer el bien y renunciar a la maldad.
  • Dime Señor, ¿qué cosa destruyó toda la armonía y la unión entre tú y el hombre?

La barrera entre Dios y los hombres son los pecados que comenten, lo alejan de su presencia porque muchas veces sus acciones son perversas destruyendo la armonía que debían tener con su creador porque confían más en sus maldades para lograr alcanzar sus objetivos no importándole dañar a sus hermanos, porque sus caminos son torcidos (Isaías 59, 2 – 8).
Al no reconocer su maldad, le da la espalda a Dios comportándose como hijos indignos de Dios, volviéndose muchas veces necios e ingratos a su Padre Creador que le dio el ser. (Deuteronomio 32, 5 - 6).
“Desde el cielo mira el Señor a los hombres para ver si hay alguien, con entendimiento. Pero todos han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haya lo bueno! ¡Ni siquiera uno!” (Salmo 14,  2 – 3)
  • ¿Cómo nos ha afectado al resto de seres humanos el pecado de Adán y Eva?

La desobediencia de Adán y Eva a Dios afecto a toda la humanidad por que el mal se fue propagando de generación en generación, haciéndose esclavo del pecado, quedándose “privado de su gracia”(Romanos 3, 23) y como consecuencia “ el delito de Adán puso bajo condenación a todos los hombres” (Romanos 5, 18) y la humanidad sufre, el mundo tiene muchos problemas, existe la maldad, malográndose la creación de Dios.
  • ¿Y a qué final nos conduce el pecado?

“Los que no reconocen a Dios ni obedecen su evangelio serán castigados con destrucción eterna, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder”. (2 Tesalonicenses 8, 9)
Dios hizo las cosas bien, pero es el hombre que con su rebeldía se aparta de su creador desobedeciéndolo, pecando y siguiendo el camino del mal lo cual, lo conducirá a su destrucción eterna, desterrados de la presencia del Señor.
Las consecuencias del pecado para la humanidad son  el sufrimiento, maldad y grandes problemas en el mundo como las guerras, la hambruna, las injusticias sociales; porque el egoísmo se ha enraizado en el corazón del hombre sometiendolo a la esclavitud del pecado que lo puede llevar a la condenación eterna. 

jueves, 12 de noviembre de 2015

COMO SE MALOGRO LA OBRA DE DIOS

En Génesis capítulo 3 se puede observar que nos narra la parábola del pecado es decir el inicio de cómo se malogro la obra de Dios.
La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes, que Dios el Señor había creado y le pregunto a la mujer: “¿Es cierto que Dios les ha dicho que no coman de ningún fruto de los árboles del jardín?”.(Génesis 3,1)
Esta pregunta que le formula es capciosa, el primer error del hombre es entrar en dialogo con la tentación, muchas veces es más poderosa la astucia del diablo que nuestra inteligencia y por eso nos envuelve hasta hacernos caer.
La mujer respondió a la serpiente: “Si podemos comer del fruto de todo los arboles menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que ni lo toquemos porque si lo hacemos moriremos. (Génesis 3, 2 – 3)

La respuesta de la mujer demuestra que sabe, pero luego vendrá la tentación que le ofrece la serpiente.
Pero la serpiente le dijo a la mujer: “¡no es cierto!”. Antes bien, Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal".(Génesis 3, 4 – 5)
Al decir la serpiente que NO ES CIERTO está calificando a Dios de mentiroso y él, por poseedor de la verdad. El arma del enemigo es la tentación para apartarnos de la obediencia a Dios. Por ejemplo cuando Pedro advierte contra el diablo en sus cartas nos dice “tengan cuidado que el diablo anda como león rugiente rondando, buscando a quien devorar” aquí la metáfora es “devorar”; es decir empieza a usar una estrategia de engaños para matar nuestra alma convenciéndonos que lo que Dios nos dice no es cierto y más bien lo que él nos sugiere eso es lo que vale y ahí caemos.
La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, apetitoso y le dieron ganas de comer, de llegar a tener entendimiento. (Génesis 3, 6a)
Esto es el efecto del pecado, una vez que el diablo plantea por ejemplo “la venganza”, nos hace creer que eso es bueno y justo; porque si nos han hecho un daño, también debemos devolver mal por mal. Pero Jesús nos dice: “se dijo ojo por ojo, pero yo les digo no devuelvan mal por mal, si te pegan en una mejilla pon la otra, si te quitan la capa entrégale también el manto” (Mateo 5, 38 – 40). Nosotros en el fragor de la tentación nos olvidamos de estos argumentos tan hermosos y más bien le hacemos caso a los argumentos de satanás y esto vale para toda clase de pecados.
Por ejemplo el pecado de la gula. Toda forma de ingerir cosas para el cuerpo que nos causa daño es gula, por eso muchas veces nos enfermamos y dañamos nuestra salud; como lo dice el doctor Casanova: “Las enfermedades de este siglo entran por la boca”
El pecado de pereza es tremendo en estos tiempos, porque todos buscamos el menor esfuerzo; el peor de todos es la soberbia y los pecados de soberbia son tan diversos que incluso hasta se disfrazan de las virtudes opuestas como la humildad; por eso existe “la falsa humildad”.
También tenemos los pecados de tipo sexual, se disfrazan de los derechos humanos por ejemplo la propuesta de la unión civil del mismo sexo, o la propuesta del aborto, como jóvenes mujeres haciendo manifestaciones y usando lemas que dicen: “nosotras parimos y nosotras decidimos”. 
La tentación en si es malo, pero si es bueno o malo en la vida, depende de la persona para la cual va dirigida. Los Maestros de la vida espiritual que son los santos, porque ellos han combatido con el demonio en una guerra espiritual y ellos han vencido. Nos dejan una gran sabiduría. Un santo dijo: “Depende de la tentación del hombre, la tentación aceptada es pecado, la rechazada es virtud”. 



Nuestro mismo Señor tuvo tentaciones y no le fue fácil rechazarlo, sino que le costó. Entonces a nosotros no nos va a ser fácil rechazarlo, por eso la Iglesia nos recomienda que nos protejamos con la armadura de Dios contra los ataques del enemigo (Efesios 6,11); porque no estamos luchando contra enemigos de carne; es decir el enemigo no es el ser humano, sino satanás y nuestro combate es contra la tentación.

La tentación trabaja a tres niveles: primero el mismo diablo nos habla o nos susurra como lo hizo con Eva, la segunda vía es el mundo que nos invita a pecar como por ejemplo ya llega navidad y muchas personas despilfarran el dinero en banquetes. Por eso debemos celebrarlo con un sano gozo, darnos ciertos provechos que nos da el trabajo. Todo lo que es sano Dios lo bendice, pero a veces nos olvidamos de los que tiene poco o casi nada.

La tentación trabaja a tres niveles: primero el mismo diablo nos habla o nos susurra como lo hizo con Eva, la segunda vía es el mundo que nos invita a pecar como por ejemplo ya llega navidad y muchas personas despilfarran el dinero en banquetes. Por eso debemos celebrarlo con un sano gozo, darnos ciertos provechos que nos da el trabajo. Todo lo que es sano Dios lo bendice, pero a veces nos olvidamos de los que tiene poco o casi nada.
Si aceptamos la sugerencia del enemigo, estamos cayendo y en la misa lo confesamos: “he pecado mucho de pensamientos, palabra, obra u omisión”. Según los maestros de la vida espiritual más tenemos deudas con Dios en la omisión que en los tres primeros. La omisión es, “el bien que dejamos de hacer”.
En Mateo 25, 41 – 45: “Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis." Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo." La base del juicio del Señor no es el daño que hemos hecho, lo cual no significa que no tienen valor, pero aquí en esta lectura da mayor énfasis a la OMISIÓN. Con esto no se está descartando los otros pecados de acción contraria a la voluntad de Dios, en otros textos bíblicos podemos comprobarlos.
Si por la Palabra de Dios, la oración, el retiro, la Santa Eucaristía, la comunidad cristiana, por medio de todos estos alimentos logramos tener la fuerza para ir rechazando las tentaciones, la virtud va creciendo lentamente, poco a poco; por eso un santo dijo: “Lo más grande de un cristiano no son sus virtudes, si no el combate que realiza para transformar sus pasiones en virtudes” y esto vale para todos los pecados, en especial para los siete pecados capitales: Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia y Pereza.
Quien tiene los siete pecados capitales en todo su esplendor es satanás, por eso es EL MALO; nosotros también lo tenemos matizados, es decir alguno de ellos, uno en más grado que otro
“Luego corto uno de los frutos y se lo comió; y luego le dio a su esposo, que también lo comió” (Génesis 3, 6b). Eso ya es “la ejecución del pecado”.
¿Qué paso en la ejecución del pecado?, ¿Cómo se malogro la obra de Dios? Y eso se aplica a toda nuestra vida: ¿Cómo se malogra una amistad, una familia, una comunidad, un país? Es el mismo proceso: “la ejecución de la tentación”. 
“El comer el fruto”, significa ejecutar el pecado, si tú combates la tentación y no caes en ejecutar el pecado tu virtud está creciendo un poco más, pero si caes creció el pecado y en esta lucha andamos.
Entonces se les abrieron los ojos” (Génesis 3, 7a), se les abrieron los ojos de la malicia que es el conocimiento del pecado. La inocencia es la limpieza del corazón que la habían perdido y que tenían que recuperarla.
Por eso Jesús decía: “Si quieren entrar al reino de los cielos tiene que ser como niños” (Mateo 18, 3). Quienes tienen esa inocencia son los niños parvulitos y para recuperarla hay que ser como ellos, esto se puede pero es un proceso. San Francisco de Asís fue una persona con mucho pecado como nosotros pero cuando encontró al Señor empezó su proceso y llego a esa infancia espiritual. La infancia espiritual que dice Santa Teresita del niño Jesús, dándonos muestra que si podemos llegar, pero no depende de Dios, sino de nosotros con la ayuda de Dios.
 “Y se dieron cuenta de que estaban desnudos; cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos taparrabos.” (Génesis 3, 7b). La Palabra de Dios se refiere a la desnudez espiritual, es como cuando habla Jesús del reproche a sus discípulos: “Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3, 17). Lo que nos cuenta en Génesis 3, se repite en cada vida nuestra y en cada pecado nuestro, hay que aprenderlo para combatirlo
“El hombre y su mujer escucharon que Dios andaba, corrieron a esconderse…” (Génesis 3, 8). Ahí ya está la imagen del paraíso destruyéndose, porque en Génesis 2 es al revés, el hombre no se esconde de Dios, al contrario vive con Dios, vive para él, Dios es todo para él; esto es el paraíso que es una unión con Dios; en cambio ahora sucede lo contrario hay una separación del hombre con Dios, se trastorna de ser un hombre en paz, integro ahora no lo es; estas son experiencias del pecado y se esconde.   
Dios el Señor, llamo al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?” (Génesis 3, 9) Dios le pregunta donde estaba para ver su reacción, dándole una oportunidad que Adán reconozca su error.
“Y éste respondió: Oí tus pasos por el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo, y me escondí". (Génesis 3, 10). Tenerle miedo a Dios es el fruto del pecado, es ver a Dios como malo, castigador, la imagen del Dios amor se deforma, la pérdida del concepto de del Dios Verdadero. 
“El Señor Dios prosiguió: ¿Y quién te ha dicho que estas desnudo? ¿A caso has comido del fruto del árbol que te dije que no comieras?".  (Génesis 3, 11) Dios sabe el momento en que pecamos, pero es necesario decirlo al sacerdote para hacer lo que Adán no hizo, reconocerlo porque con esto le demostramos a Dios que si nos damos cuenta, ´pero cuando la gente no se da cuenta de que está mal lo que ha hecho, hasta creer tener la razón, como lo que paso entre Caín y Abel. Dios le dice a Caín: "¿Por qué te encolerizas, te muestras malhumorado y vas con la cabeza baja? Si obraras bien, ¿no alzarías la cabeza?; en cambio, si obras mal, el pecado está a las puertas de tu casa y te acosa sin que puedas contenerlo". (Génesis 4, 6 – 7). 
“El hombre respondió: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.”( Génesis 3, 12). Dios le da la oportunidad a Adán para que reconozca su falta. Dios siente dolor cuando caemos en el pecado, pero más dolor tiene cuando no nos arrepentimos para regresar a sus brazos. Si por efecto de la Palabra, de la oración de un retiro y como el hijo prodigo decimos que tenemos que volver a Dios en ese momento el corazón de Dios se alegra como lo refiere la parábola del Hijo Prodigo:
“Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron la fiesta.”(Lucas 15, 23 – 24). Malo es caer, peor es quedarse caído, pero podemos levantarnos, hay que levantarnos; eso es la lucha y hay que volver a Dios.
El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?". Y la mujer respondió: "La serpiente me engañó y comí" (Génesis 3, 13). La enseñanza de esta parábola del pecado es que el diablo es un ser maldito y que quiere meternos a su maldición, jalándonos por medio de la tentación para hacernos caer, viniendo luego las consecuencias.

“A la mujer le dijo: Multiplicaré los trabajos de tus preñeces. Con dolor parirás a tus hijos; tu deseo te arrastrará hacia tu marido, que te dominará. Al hombre le dijo: Por haber hecho caso a tu mujer y por haber comido del árbol prohibido, maldita sea la tierra por tu culpa. Con trabajo sacarás de ella tu alimento todo el tiempo de tu vida. Ella te dará espinas y cardos, y comerás la hierba de los campos. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; porque polvo eres y en polvo te has de convertir". (Génesis 3, 16 – 19). Pero esa tierra que somos esta vivificado por el Espíritu que Dios nos ha dado. Y el paraíso es recibir esa vida de Dios y estar con él. 
Génesis 3, es permitir que esa unión se rompa con la tentación llevando acabo el pecado, pero Dios no nos abandona y aprendamos a ser como el hijo pródigo a recapacitar y a volver al Padre Dios. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

VIVIENDO

El Rosario, comúnmente llamado “el evangelio en miniatura”, es explicado y meditado por el Padre John Phalen, C. S. C., uno de los más grandes promotores del Rosario en nuestros días, Contamos con su visita en la Sede Central  del Servicio Bíblico Católico, nos explicó que el rezo del Santo Rosario debe ser meditado y reflexionado para poder ir descubriendo la presencia de nuestro buen Dios en nuestra vida diaria por medio de esta antigua devoción.


El Rosario es una devoción muy querida por él, pero que no siempre fue así a pesar de venir de una familia muy comprometida con la fe. Era el menor de siete hermanos y cuando se comenzaba esta costumbre familiar de rezar el Santo Rosario y por su corta edad no prestaba la debida atención para realizarlo, muy por el contrario hacia todo lo posible para perturbar a sus hermanos durante el rezo, logrando muchas veces se suspendiera. Irónicamente, hoy se encuentra difundiendo el “Rosario en familia” por todo el mundo.
A pesar de su poco amor juvenil por el Rosario llego a amarlo. La experiencia de su vida hicieron que cambiara este modo de pensar, comprendiendo que esta oración Cristo-céntrica. En los distintos misterios se narra la vida de Cristo, y en la vida de Cristo, vemos nuestra propia vida. El papel de María es ayudar en este proceso.
Los Misterios del Rosario pueden y deben ser vividos por cada cristiano, prestando atención, nos daremos cuenta, que meditando los misterios del Rosario nos ayudara a reconocer como nuestra vida y la vida de Cristo (y la Iglesia) se unen. Las personas descubren una fuerte conexión entre los misterios del Rosario experimentado por Jesús y las propias experiencias de vida.
El reto para nosotros, cristianos es conformar nuestra vida con la Cristo. Contemplar la vida de Cristo acompañado en el camino por la persona que mejor lo conocía – su Madre. María siempre nos llevara a Jesús. Desde que Dios vino a la tierra en la persona de Jesucristo para enseñarnos como vivir, mientras más contemplamos los momentos más importantes de sus vida en los Misterios, mejor podemos discernir cómo estos mismos misterios actúan en nuestras propias vidas.
La Historia del Santo Rosario
Se originó de la práctica de los laicos de imitar a los monjes rezando los Salmos en canto. Como los laicos no sabían leer, reemplazaban los Salmos con el Padre Nuestro, que se podían memorizar fácilmente. Con el tiempo, la estructura de la oración del Rosario evoluciono a la forma que lo conocemos hoy.
Una piadosa tradición dice que los monjes confeccionaban guirnaldas de rosas para las mujeres piadosas que iban a ser martirizadas, pero como eran tantas mártires y por no tener suficiente tiempo para ser las guirnaldas. Sus superiores sugirieron que mejor ofrecieran ramilletes espirituales para aquellas que iban a dar su vida por la fe. La flor más popular que los cristianos asociaron con María fue la rosa. De este modo fue “Rosario” el nombre adoptado para ramillete espiritual ofrecido por los laicos con la ayuda de cuentas.

UNA ORACIÓN BÍBLICA
El Rosario es una oración sencilla y muy profunda. También es profundamente bíblica. En los primeros capítulos del Evangelio de San Lucas en ellas vemos las primeras palabras del Ave María vienen de las palabras del ángel Gabriel a María. La siguen las palabras de la prima de María, Isabel: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. Nadie que observa atentamente las palabras de estas oraciones puede declarar que el Rosario no es bíblico.

El Padre Nuestro es la oración por excelencia, recomendado a los apóstoles y a todos nosotros por Jesús mismo. El Rosario no invita a orar la doxología trinitaria (el gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…..) Las Escrituras nos revelan a un Dios Uno y Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo; según la predica de Jesús mismo, quien vino a hacer la voluntad de su Padre y prometió que vendría un Abogado o Intercesor después de Él. Estas tres oraciones: el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre, son el centro y la esencia del Rosario, junto con el anuncio del Misterio a ser contemplado en cada década. Todo es altamente bíblico y merece nuestra atención como cristianos.
JUAN PABLO II Y EL ROSARIO


El Rosarium Virginis Mariae, la carta sobre el Rosario que el Papa Juan Pablo II escribió en 2002 para esta muy querida oración del Papa se refiere como “un compendio del Evangelio” y un instrumento para “contemplar el rostro de Cristo con María”
“Fue del vientre de (María) que Cristo fue formado, recibiendo de Ella la semejanza humana que indica una cercanía espiritual aún más grande. Jamás nadie se ha dedicado a contemplar el rostro de Jesús tan fielmente como María.” (RVM, capitulo 1, 10)
Según el Papa, María nos acompaña en el rezo del Santo Rosario. Ella es quien mejor conocía a Cristo. Ella vivió todos los misteriosos eventos de su vida. Nosotros también, podemos llegar a conocer a Jesucristo a los pies de María.
En su carta el santo Padre describe el Rosario como una exquisita oración contemplativa. Comienza con la experiencia humana de María, y nos anima a a prender de nuestras propias experiencias. El Rosario es ……
  • Recordar a Cristo con María. Los hacemos presentes, tanto como recordando a Jesús en la Misa, hace a Cristo presente en la Eucaristía.
  • Aprender sobre Cristo con María. Nadie conoce a Cristo mejor que su Madre.
  • Conformarnos a Cristo con María.  “Revestirse” de Cristo, frecuentemente los buenos amigos empiezan a parecerse y hablar de la misma manera. Así, dejemos que Cristo, nuestro amigo, influya en nuestras vidas de la misma forma.
  • Rezar a Cristo con María. No sabemos rezar como deberíamos. Jesús, él único Mediador, es nuestro Medio de oración. María, su más pura reflexión, nos enseña el camino.
  • Anunciar a Cristo con María. Usar el Rosario como una herramienta de evangelización.

El Papa Juan Pablo II decía: “cada misterio del Rosario, cuidadosamente meditad, arroja luz en el misterio de los seres humanos”. Asegura que en Cristo nuestra vida se recapitula:
En los Misterios Gozosos, al contemplar el nacimiento de Cristo, aprendemos que la vida humana es sagrada; al contemplar el hogar de Nazaret, aprendemos la verdad originaria de la familia según el designio de Dios.
En los Misterios Luminosos, al escuchar las enseñanzas públicas del Maestro, somos iluminados para entrar al Reino de Dios.
En los Misterios Dolorosos siguiendo a Cristo en el Calvario, aprendemos el sentido salvífico del sufrimiento.
Y de acuerdo con los Misterios Gloriosos contemplamos a Cristo y a María en gloria, vemos el bien al cual estamos llamados, si nos dejamos ser sanados y transformados por el Espíritu Santo.

viernes, 23 de octubre de 2015

LOS MAYORES MANDAMIENTOS DE DIOS

  • Mateo 22, 36 – 40:  
    Jesús y un Maestro de la Ley
    Se acercó un Maestro de la Ley a Jesús y tendiéndole una trampa le pregunto ¿Cuál es el mandamiento más importante de la Ley? Jesús respondió: “Amaras al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.   Este es el más importante y el primero de los mandamientos. El segundo es parecido: Ama a tu prójimo como a ti mismos, estos dos mandamientos son la base de toda la Ley y la enseñanza de los Profetas”  

  • Deuteronomio 6, 4 – 5: 4 Oye Israel, Yahvé es nuestro Dios y el único Señor. 5 Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
  • Éxodo 20, 2-4:2 Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto donde eras esclavo. 3 No tengas otros dioses aparte de mí. 4 No te harás imagen o figura de nada de lo que hay.  
Los diez mandamientos o decálogo que aparece en el libro del  Éxodo 20, 2 – 17 es un compendio, resalta algunos mandamientos muy importantes, pero en el libro de Deuteronomio resalta el amor Dios y lo pone como máximo mandamiento.
El pueblo hebreo tenía una oración diaria. Todas las mañanas el papá que era el jefe de casa salía a la puerta, y a toda su familia la ponía mirando al horizonte donde sale el sol, en esa posición repetían esta frase hebrea todos los días: Shemá Israel “('Escucha, Israel') es el nombre de una de las principales plegarias de la religión judía. Su nombre retoma las dos primeras palabras de la plegaria en cuestión, siendo esta a su vez la oración más sagrada del judaísmo. Es a través de esta plegaria exhortativa que los observantes manifiestan su credo en Dios, expresando con fervor su monoteísmo.

 “Shemá Israel “('Escucha, Israel') El Señor nuestro Dios es el único Señor”, coincide con el libro del Éxodo cuando dice: “no tendrás ningún dios fuera de mi”, pero en Deuteronomio dice: “Yavé es el único”, lo dice en positivo. Luego viene ese amor totalizante que nos exige el Señor cuando dice: “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.
Pero habría que preguntarnos ¿amamos al Señor como el mandamiento pide? Si amamos a Dios, pero no le amamos como la Palabra de Dios lo dice. Dios quiere todo nuestro ser y para poder entender la calidad de amor que nos pide reflexionemos lo que nos dice en Mateo 6, 24: “Nadie puede servir a dos amos; porque odiara a uno y amara al otro; o será fiel a uno y despreciara al otro. No se puede servir a Dios y a la riqueza”.

Jesús nos dice que debemos elegir ¿Dios ó la riquezas?, muchas veces se presentan situaciones en la que también debemos elegir ¿Dios ó la vanidad?, ¿Dios ó la fornicación?, ¿Dios ó la violencia?, ¿Dios ó el poder?.

Ya se nos viene la campaña política por las elecciones presidenciales que vamos a tener en el Perú el próximo año y algunos movimientos tienen la avidez de poder y lo buscan no para servir a Dios sino para servirse asimismo; en este caso es gente que quizás de alguna manera ama a Dios, va a misa, reza pero en la balanza de su corazón no es Dios el que pesa más.

Jesús nos habla del dinero y esta es otra de las cosas que nos jala muchísimo, nos merma y lo reitera cuando dice “nadie puede servir a dos amos”, pero no nos dice no tengas dinero, no trabajes por el contrario nos pide que trabajemos, progresemos, es un derecho. Dios no nos encasilla a una pobreza o una renuncia, no; nos ha dado capacidades para progresar, nos debemos confundirnos; pareciera que la lucha por el éxito está peleada con la lucha por Dios, pero no es tan así, se puede hacer un sacrificio, de este modo le agradamos a Dios y recibimos sus bendiciones. 
Nuestra parte afectiva, sexual también debe estar sujeto al amor a Dios y muchas veces esto no es fácil, porque el mundo nos tienta y nuestra propia carne también; hay mucho pecado que nos rodea, por eso hay que luchar por vencer las tentaciones y tratar de mantenernos en el amor a Dios sobre todas las cosas, en esta lucha nos ayuda muchísimo la alimentación espiritual: 

“de lo que abunda el corazón habla la boca” (Lucas 6, 45b). Si no nos alimentamos se nos vacía nuestras energías espirituales y va arraigando el pecado en nuestro corazón. 
También hay mucha violencia, por eso la violencia tenemos que controlarlo con el amor a Dios. En Deuteronomio la palabra de Dios nos pide que lo amemos con todo nuestro corazón y habría que preguntarnos ¿Dónde está nuestro corazón? Y nos encontramos con las palabras de Jesús en Mateo 15, 8 que nos dice “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.”. Entonces tenemos que tratar de hacer los cambios necesarios para poder cumplir el mandamiento de Dios de “amar al Señor con todo nuestro corazón” y también “con toda nuestra alma”.
Jesús y la samaritana
Lo que le dijo Jesús a la samaritana: “adora al Señor en espíritu y verdad”, “y con toda tus fuerzas”. Vale la pena comparar con algunos amores de nuestra vida cotidiana, uno de los amores que hay bastante en nuestro medio, es el amor al equipo de futbol; muchas personas aman a su equipo, gozan cuando el equipo gana y cuando pierde sufren. Esto no está mal; siempre en cuando no lo lleve hacer cosas malas, como la violencia que hay entre las barras. ¿Pero el amor a Dios, es más grande al que se tiene por el equipo de futbol? Por ejemplo: por ir a ver un partido de futbol formo la cola o  pago sobre precio por las entradas, hago los esfuerzos necesarios y del mismo modo, ¿me esfuerzo por las cosas del Señor? Muchas veces la Misa dominical para algunos es un problema, porque no quieren ir temprano, según ellos no tienen tiempo porque van hacer otras actividades que consideran de mayor prioridad. Pero el domingo lo primero es darle su espacio a Dios, segundo lugar darle el espacio a la familia y luego algunas otras cosas que se tenga que hacer.
  • Romanos 14, 7 – 8: “Ninguno de nosotros vive para sí mismo; ni muere para sí mismo. Si vivimos para el Señor vivimos; si morimos, para el Señor morimos. De manera que tanto en la vida como en la muerte, del Señor somos. “

¿Para qué vivo yo? Cada uno de nosotros debemos respondernos ante esta interrogante. La palabra de Dios dice: “Si vivimos para el Señor vivimos”; esto es muy importante, pero hay otro segundo mandamiento y Jesús lo dice en Mateo 22, 39: “El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 
Tenemos los dos mandamientos más importantes: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". (Mateo 22, 37 - 39). Jesús dice: “estos dos mandamientos son la base de toda la ley y de las enseñanzas de los profetas”. Es decir que el resumen de la Biblia son estos dos mandamientos, de tal manera aunque no tengamos conocimientos bíblicos pero en nuestro corazón cultivamos el amor a Dios más que nada y en consecuencia tratamos de vivir un amor al prójimo bastante generoso estamos en la VERDAD, lo que importa más es la ACTITUD, también vale el conocimiento pero si esto no nos lleva a la actitud correcta que desea nuestro Dios, es como si no hemos hecho nada.
Pablo lo entendió esto y lo pone de otra manera y lo podemos ver en Romanos cuando hace una reflexión de los mandamientos poniéndolo con el segundo mandamiento que cito Jesús. 
Romanos 13, 8 – 10: “No tengan deudas con nadie aparte de la deuda del amor unos con otros. Porque el que ama a su prójimo ya cumplió toda la Ley. Los mandamientos dice no cometerás adulterio, no mataras, no robaras, no codiciaras, etc., pero estos y los demás mandamientos están comprendidos en estas palabras: Ama a tu prójimo como a ti mismo, el que tiene amor no hace mal al prójimo así que en el amor se cumple perfectamente la Ley”.  
Las personas que más han desarrollado ese amor son los santos, pero el amor que tenían brotaba del amor a Dios. 
Cuando una persona se entrega a Dios, se arrepiente de lo malo y encuentra a Jesús, como consecuencia mejora su vida con su familia, con su prójimo, consigo mismo. Primero me encuentro con Dios y Dios me lleva a mi prójimo; mi primer prójimo es mi familia de la cual formo parte y luego mi prójimo mayor. Resumiendo tenemos dos mandamientos todos los mandamientos que hay en la biblia nuevo y antiguo testamento, todos ellos están compendiados en estos dos mandamientos mayores: el primero en amar a Dios con toda la mente, todo el corazón, todas las fuerzas, pero eso me tiene que llevar al prójimo, porque si solo me quedo en el amor a Dios y no hay amor al prójimo entonces no hay nada, eso lo dice Juan en sus cartas “no puedes decir que yo amo a Dios a quien no veo y no amo a mi prójimo al que si veo”. ¿A quién veo? , a mi esposo(a), mis hijos, mis padres, mis hermanos, mis vecinos, mis hermanos de comunidad, etc. Entonces tengo que hacer mi esfuerzo de amarlos porque amo a Dios.